
Tomás,
la luz de tus ojos,
la luz que me ilumina,
rayitos fulgurando alegrías,
tu luminosidad nos envuelve,
Tomás.
Micaela,
cabecita enrula y suave,
en tu pelito de seda
se posan mis labios,
descienden mis besos para quedarse,
Micaela.
Micaela,
tus manitos me sonstienen,
me llevan por otros caminos,
Micaela.
Tomás,
tus pies traviesos
vuelan hacia el tañido de la campana,
se zambullen en la vida,
Tomás.
Tomás y Micaela,
de rostros pequeños y sonrisas enormes,
cascabeles de risas alegres
partiendo de mí hacia nuevos horizontes,
así lo siento,
Tomás y Micaela.
Tomás y Micaela...
Está mi vida en ustedes,
en los dos,
cantan mis días,
sueñan mis sueños,
viven mis ansias de volar,
me siguen desde el Infinito,
Tomás y Micaela.